Hayley Okines fue una bebé nacida en
Inglaterra que sus padres esperaban con ansias. Al nacer, a la pequeña Hayley
le diagnosticaron la enfermedad de Progeria o síndrome de Hutchinson – Gilford.
Este sindrome hace que los niños envejezcan de manera acelerada y prematura.
Puede llegar a avanzar hasta 10 veces más de lo normal y es una afección
genética que no es hereditaria.
La joven Hayley falleció a la edad de 17
años atrapada en el cuerpo de una anciana de 104, anunció su madre.
"Mi niña ha ido a algún lugar
mejor. Ella tomó su último aliento en mis brazos a las 9:39pm del jueves",
escribió Kerry Okines en su cuenta de Facebook.
Los médicos habían pronosticado que la
vida de Hayley sería de máximo 13 años, pero la adolescente ganó cuatro años
más de vida.
Hayley, residente de Bexhill, en el sur
de Inglaterra, comenzó en fecha reciente un tratamiento médico pionero
desarrollado en Estados Unidos para detener el proceso de envejecimiento.
Sin embargo, había estado hospitalizada
debido a una neumonía ppor su débil sistema inmunológico. Al regresar a su casa
falleció.
Su padre Mark Okines relató a la cadena
pública de noticias BBC que su hija pidió volver brevemente a su casa,
"llegó, vio a sus cachorros, a su hermanito Louis y a su hermana Ruby, y
una hora después falleció".
"Creo que ella quería volver a casa
para despedirse de todo el mundo. Creo que sabía que ayer iba a ser el
momento".
La Fundación para la Investigación de la
Progeria expresó su tristeza por el deceso de "nuestra inteligente,
hermosa y enérgica Rosa Inglesa." Afirmaron que Hayley permanecerá en el
recuerdo de todos aquellos que la conocieron.
La adolescente fue una activista de la
fundación que trabajó para crear conciencia en el mundo sobre la Progeria, una
condición genética que en la actualidad afecta sólo a 124 niños en todo el
mundo.
Siempre te recordaremos Hayley.
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